martes, 19 de abril de 2011

la consistencia

La semana pasada aprendí a sacar los brazos, a extenderlos, a protegerme la mandíbula con el hombro, mientras giro de forma extraña y nueva el torso, la cadera y hasta el talón derecho. De repente, me parece que mis brazos abarcan más, llegan más lejos. Parece que se van a despegar de mis omóplatos. Pero no. Es una sensación desconocida, sorprendente. Y parece que mis brazos han estado esperando este momento. Desde siempre.

Se lo dije a P. al despedirme el viernes.
P. respondió.- Es importante aprender y comprender bien las 3 cosas fundamentales, para luego poder hacer las 40 combinaciones. Y sobre todo, para que los golpes sirvan para algo.
Yo.- No sé si mis golpes sirven para algo.
P.- No, de momento, no sirven para nada porque no tienes consistencia.

Así que me tengo que ir haciendo. O algo así. Hay algo que no tengo y que tengo que ir buscando y creando. Cada día. Poco a poco. Mi nueva misión. Está debajo de mi piel.
Ayer J. me dijo que mi puño es femenino. No quise saber más, indagar sobre el significado de esas palabras. Me dijo que en 5 meses, si yo quería, mi puño podría dejar de ser femenino. Y ser útil y peligroso.

(Así que me voy ahora mismo.)

1 comentario:

José Carlos Rodrigo Breto dijo...

Pues sí... en estos momentos es importante saber sacar los brazos y protergese la mandíbula, sin duda... y protergerse muchas más partes (internas) e incluso intangibles.