jueves, 11 de noviembre de 2010

¿Qué coño es eso de la "felicidad"?

Estoy harta de toda esa gente que se esfuerza tanto por ser feliz que se lo acaba creyendo y es feliz todo el rato. TODO el rato. Cuando llega, cuando se va, cuando se levanta, cuando se acuesta. Es como si esnifasen alegría o algo, y disfrutasen cada minuto de todo, y siempre las cosas van bien y sobre todo, irán mejor, mucho mejor. Porque esa gente tiene una fe ciega en el futuro, en que las cosas finalmente saldrán, porque se esfuerzan mucho y se lo merecen, y se verán recompensados.
Sea lo que sea, la felicidad, estoy en contra.

Nada de lo que me habían dicho se ha cumplido, nada de lo que yo me había imaginado se ha hecho realidad.

Sólo puedo ocuparme de sobrevivir hoy. Y este odio hacia la gente feliz, la gente que le va bien, la gente que confía y que consigue todo, que acaba lo que empieza, y que parecen seguir una línea recta sin torcerse jamás, me da fuerza. El odio me fortalece. Estar en contra o no estar.


7 comentarios:

Ricardo dijo...

En estos casos los "Kennedys muertos" recomendaban unas vacaciones en Camboya. Pero en El Aaiún también vale.

Zo Brinviyer dijo...

No. Es mezquino usar el dolor de los demás para ser más felices o aprender a serlo a su costa. El dolor del mundo, precisamente, me confirma que los felices mienten. El dolor del mundo sólo puede doler.
Tampoco se puede medir la felicidad según la riqueza.

Anónimo dijo...

verdaderamente, es un asco esta obsesión por el Happyness jeje; yo lo asocio a esa necesidad de ser aceptadxs por lxs demás, y a la gente hoy no le gusta lo triste, por eso, porque les dijeron que "Ya verás como...". Pues yo no espero, y además me cago en la felicidad. A mí me gusta la gente auténtica, sea contenta, triste, fuerte, débil, casta, perra... mientras me digan "esto es lo que hay, y qué". Ahora con el rollo autoayuda nos han jodido, porque llaman Felicidad a un puto conformismo falto de crítica. Pero es lo que toca, y había que cambiar de argumentos para que nos los tragásemos. Para que te quieran (o te contraten): sonríe (aunque te joda) y no te cuestiones lo puteadx que estás.
Y el miedo, eso sí que es más jodido... jodidísimo. Pero tú más, mándalo lejos!
Zo, ¿han editado ya "El deseo"? Leí un fragmento en el blog de Mala Perra y me encantaría leerla entera, pero no he encontrado ISBN.
Te sigo.
Me presento: soy Henar

Zo Brinviyer dijo...

Henar, hola y gracias, el texto lo publicará Inaem en 2011...
Nadie es "feliz" 100% cada minuto, eso es lo que me parece tan sospechoso.
También creo que lo de la autoayuda es una tomadura de pelo. Quizá lo que más me preocupa es la idea de que la felicidad te la puedes currar y si no, comprar.

Ya llega la noche.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Zo Brinviyer dijo...

Igualmente, Jonás, pasaré a visitarte.

Helena M. dijo...

Zo...acabo de leer esta entrada y me han dado unas ganas enormes de abrazarte.

que no se te ve...

vuelveeee...