lunes, 2 de noviembre de 2009

dispersión

Del verano todavía me quedan muchos libros pendientes por leer. Lo peor de todo es que me rodean, me secuestran a demasiada velocidad, me encapricho por uno y me dejo arrastrar por otro, un capítulo de allí y una contraportada de allá, como si fuesen las cartas de una baraja de madrugada. Leo todos y ninguno a la vez. Tener tantos amantes me impide entregarme. Debería elegir uno al azar y esconder el resto. Ya empieza el otoño, el de verdad.

No hay comentarios: