La Casa Encendida cada vez apesta más, se ha ido convirtiendo (al menos en artes escénicas) en el territorio de los performers de Madrid. Los 20 performers de aquí y sus 4 amiguitos de fuera, de Europa claro. Qué triste. Digo “performers” y me entra tristeza, porque sólo me vienen a la cabeza las pantallas, la silla, la cara neutra, el cuerpo aséptico, el suelo blanco, la musiquita hipnótica, las frases cotidianas fuera de contexto, los cartelitos: toda esa parafernalia de la performance cuando es cutre, que ya es casi siempre.
No digo que haya que rajarse –que me interesa algo más-. Vale, sois “conceptuales”. Pero nosotros no somos bobos. ¿O sí?
viernes, 18 de diciembre de 2009
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