viernes, 18 de diciembre de 2009

La Casa Encendida cada vez apesta más, se ha ido convirtiendo (al menos en artes escénicas) en el territorio de los performers de Madrid. Los 20 performers de aquí y sus 4 amiguitos de fuera, de Europa claro. Qué triste. Digo “performers” y me entra tristeza, porque sólo me vienen a la cabeza las pantallas, la silla, la cara neutra, el cuerpo aséptico, el suelo blanco, la musiquita hipnótica, las frases cotidianas fuera de contexto, los cartelitos: toda esa parafernalia de la performance cuando es cutre, que ya es casi siempre.
No digo que haya que rajarse –que me interesa algo más-. Vale, sois “conceptuales”. Pero nosotros no somos bobos. ¿O sí?

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